Es desgarrador saber que hay personas sin corazón que roban a los perros su mayor sueño: tener un hogar que los ame. Sin la posibilidad de sentir el cálido contacto de una mano humana, muchos perros se sienten tristes y desdichados.
Sandy fue una de esas perritas que sufrió un corazón roto después de ser abandonada a su suerte en medio de la nada. Debilitada y sin fuerzas para seguir adelante, yacía en la hierba alta junto a la carretera, sintiendo la traición de los humanos. Justo cuando estaba a punto de rendirse, su héroe la encontró y le devolvió la esperanza de un futuro mejor.
David, un ciclista que pasaba por allí, se detuvo en seco al verla. La perrita parecía desconsolada y abatida. eга pura piel y huesos. David se sintió profundamente afectado por su estado y no pudo contener las lágrimas.
Le habló con cariño y la perrita, a la que luego llamaron Sandy, se levantó y comenzó a mover la cola. David le prometió que iba a estar bien. La alimentó y, como no podía llevarla al veterinario en bicicleta, esperaron a que alguien se detuviera para ayudarlos.
Una hora más tarde, un hombre amable se ofreció a llevar a Sandy al veterinario. David llevó a Sandy a la clínica veterinaria, donde se reunió con su pareja, Valentina. Ambos estuvieron al lado de Sandy, brindándole apoyo.
Sandy aún no podía creer que le estuvieran mostrando bondad y compasión.
La perrita recibió un chequeo médico completo. Además de estar deshidratada y extremadamente delgada, Sandy tenía fiebre alta y heridas abiertas. El veterinario les dijo que probablemente la habían usado para la reproducción antes de abandonarla.
David y Valentina la llevaron a casa. Se habían decidido a cuidarla y ayudarla a recuperarse. La pareja la vigilaba constantemente, temiendo perderla.
“eга һoггіЬɩe, no podíamos dormir. Teníamos mucho miedo de que nos despertáramos y ella ya no estuviera”, dijo Valentina a We Love Animals.
Sandy apreciaba el amor y el cuidado que la familia le brindaba. Eso la ayudó a seguir adelante y luchar por su recuperación.
Después de realizar una serie de pruebas, la dulce perrita fue diagnosticada con Leishmaniasis, una enfermedad que afecta la piel, el peso y los órganos. El veterinario les recomendó que la sacrificaran porque el tratamiento eга costoso y no había garantía de que la ayudara.
La familia se negó rotundamente a sacrificar a Sandy, diciendo que nunca sería una opción. Se dedicaron a su cuidado, con la esperanza de que se recuperara por completo.
Valentina estaba convencida de que a Sandy nunca le habían mostrado afecto antes.
Ella y David la abrazaban y la llenaban de amor. Sandy se convirtió en parte de la familia. La perrita se sintió protegida y amada por primera vez en su vida.
Fue un cambio radical para Sandy. Se unió al otro perro de la familia de inmediato. Los dos pasaban mucho tiempo acurrucados y jugando. Se volvieron inseparables.
Los ojos de Sandy se llenaron de alegría. Comenzó a comer mejor y sus padres disfrutaban viéndola prosperar.
El amor que Sandy recibió de sus padres y del otro perro le dio la fuerza para superar todos los obstáculos que se interponían en su camino.
Sandy disfrutaba la vida al máximo.
“Siempre dijimos que el amor puede mover montañas. La miramos hoy y no podemos creer por lo que pasó”, dijo David.
Los padres de Sandy estáп convencidos de que la perrita estaba destinada a cruzarse en su camino y entrar en sus vidas. Se sienten bendecidos de tener su amor incondicional.
La cara de Sandy irradia felicidad. Vive la vida de sus sueños con una familia que la ama profundamente.