Con el cuerpo temblando de dolor y miedo, el pequeño e ingenuo perro yacía sobre la fría nieve. Como solo tenía un año, Lunka no podía comprender la razón detrás de su exposición a tal brutalidad.
Su pequeño cuerpo estaba cubierto de cortes y moretones mientras yacía sollozando y completamente inmóvil. Estaba débil y su cuerpo empezó a atraer gusanos.